DOS OREJAS PARA HÉCTOR GABRIEL Y UNA PARA JAVIER CASTRO EN LA PLAZA DE TOROS ARROYO
- Se lidian dos buenos novillos de El Batán y uno de Julián Hamdan
Se llevó a cabo en la plaza capitalina de Arroyo la segunda novillada
correspondiente a esta sede en el marco del certamen Descubriendo un Torero,
donde un encierro integrado por astados de diversas ganaderías permitió que el
público disfrutara del toreo de los jóvenes diestros del cartel y donde a la
postre resultaron triunfadores el poblano Héctor Gabriel que cortó dos orejas y
el hidrocálido Javier Castro que se llevó una.
Valiente y con clase lució Javier Castro ante el abre plaza que
correspondió a la ganadería de Brito y al que recibió con lances de calidad.
Tras los puyazos le realizó un ceñido quite por gaoneras.
Ya con el público convencido de su valía, ejecuta una faena
meritoria, con pasajes de calidad ante el astado que se fue refugiando en el
terreno de tablas. A pesar que el novillo tenía guasa por el pitón izquierdo,
el de Aguascalientes no evitó torearlo por ahí. Logró naturales estupendos pero
el burel lo prendió y le hizo girones la taleguilla. Pasó momento de angustia
al quedar prendido de una hombrera y ser zarandeado por el toro.
Javier se repone de esa tremenda voltereta y regresa para seguir
toreando en tandas donde tuvo que tragar con el peligro inminente de sufrir una
cornada. Tras una estocada corta un apéndice de peso.
El segundo toro fue la ganadería de El Batán, de bellas
hechuras, además mostró nobleza y recorrido. Se llamó “Zapatito”, número 20 con
354 kilos de peso. Sin duda el mejor de la sesión por lo que a la postre recibió
arrastre lento y fue el ganador de concurso de ganaderías. Ante este novillo
Jorge Salvatierra sólo apuntó detalles y lo pasó mal con la espada.
Escuchó un aviso.
El tercer burel también fue de El Batán, de corte diferente en
su anatomía pero con transmisión y empuje. Correspondió a Santiago Romero que
lo recibió de rodillas en los medios con una larga cambiada. A lo largo
de su faena conectó con el tendido que se mantuvo atento de su proceder.
Se puso pesado al oficiar con el acero y recibió dos avisos.
Héctor Gabriel se conjuntó con un novillo de Julián Hamdan que
se arrancó de largo y con alegría en dos ocasiones ante el picador, por lo que
recibió mención honorífica, y como el diestro poblano lo entendió, ambos
regalaron una estupenda sesión de tauromaquia. Héctor se dejó sentir desde el
capote y con la muleta llevó a cabo una labor con planteamiento, seguridad y buenas
maneras que remató al primer viaje de un tercio de estocada que fue suficiente
para hacer rodar al novillo y que se le otorgaran dos orejas ante la petición
mayoritaria.
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